Hoy me siento como…
… la rana que se quedo en el frasco entre la manteca.
Es uno de esos (no sé como llamarlos) “cuentos” optimistas y esperanzadores que circulan por la vida y que se topan con uno cuando no se encuentra en las mejores situaciones.
La idea de esta historia es así: se trata de dos ranas que cayeron en un recipiente de crema (¿qué hacía un recipiente con crema cerca de un lugar donde dos ranas podían caerse? Y mirá que hay que ser rana para caerse en un recipiente con crema). La cuestión es que estas dos ranas peleaban por sus vidas, ya qué la crema se las hizo difícil (estaban en
Se dejó hundir en el líquido blanco.
La otra que era Miss. Simpatía siguió terca y persistente en su labor glorioso y vivió pataleando hasta que en un momento la crema dejo de ser tal, para pasar a ser manteca, entonces pudo pegar un salto y salir del frasco. Y cómo se fue? “sólo le quedó ir croando alegremente de regreso a su casa”.
Moraleja: Seguí pataleando sin mirar a tu alrededor, que en algún momento la cosa se transforma y te olvidas de los que quedaron en el camino. No hay crema que se resista a la buena onda y a la persistencia. Al que patalea dios lo ayuda. Más vale manteca para saltar, que ranita enterrada. La conclusión nos lleva a decir algo así como: persevera y triunfarás!
Pero murió una rana en el camino!!! Loco entre la manteca está el cadáver de tu amiga la rana René!! Vos serás la súper rana perseverante pero la ranita menos valiente y resignada hoy es parte de Dánica para untar!
Porqué tenemos que quedarnos con la idea de la ranita feliz y triunfadora? No descanten a René!
Qué suerte que la crema no es una de mis debilidades, y qué tampoco me gusta la manteca.
Retomando la idea de “Hoy me siento como…” , hoy me siento como la ranita René descarte, esa ranita que está harta de luchar, patalear y hacer cuanta maniobra haya para que la cosa se transforme, y me cuesta creer que la crema se va hacer manteca, estoy cansada! Harta de las ranitas optimistas, que me dicen que todo va estar bien, que todo va a cambiar!
Para las ranitas el hecho de que la crema pasara a ser manteca les habrá tomado un par de minutos, tal vez horas... yo llevo años.
La vida a la luz de este razonamiento se ve como una crema acuosa y desabrida que parece estar decidida a no cambiar! y sé que quizá está vez me tocó ser la ranita que se ahoga, para que haya una historia en la cual hay otra ranita que le toca ser la que se salve y sea feliz.
Leyes de la vida. Cosan que pasan. El equilibrio del mundo. Karma. Pensamiento mágico. Lo que sea.
También sé que en algún momento me tocará estar del otro lado, pero hoy mi cuerpo yace entre la manteca y la vida es como un frasco para mi alma.
Mi temor a las ranas y sapos vendrá por esto? o tiene que ver con lo del principe? Ayúdame Dr. Freud!