lunes, 10 de agosto de 2009

Donde quiera que estés



Donde quiera que estés...
Ya sea sumergido en recuerdos de tiempos mejores, allá donde la memoria se vuelve piadosa y anhela un pasado pulcro, una primavera insistente. En donde todo parece tan perfecto, como lo es aquello que jamás ha existido.
O tal vez sea en el presente sin causa, inagotable de concurridas nadas o empapado en nostalgias, con el pesar de los días, subsistiendo a cada atardecer, sumergiéndote por las noches, consumiendo un cigarro eterno, perdiéndote en el humo...
O en el futuro incierto, poco pretencioso, inalcanzable…
Sea donde sea desde aquí te imploro, te reclamo, porque mi tiempo se agota, porque mi paciencia amenaza con suicidarse, y mi mirada esta tan sola sino puede encontrar tus ojos…
Porque mis silencios extrañan los abrazos de tus palabras, porque mis labios insisten en morir en los tuyos, porque mi cuerpo se desvanece sin tu tacto…
Y sobre todo porque mi pasado no es glorioso, no soy cumbre sino abismo, y mi futuro no se anuncia entre tanta soledad.
En cambio mi presente , amor, sólo encuentra paz al pensarte, al soñarte.
Te espero allí donde los cuerpos se unen, allí donde el tiempo se detiene, donde no importa si hace frío o calor, te espero donde se reconstruyen con colores los recuerdos, donde todo es mágico y célebre, como lo simple del amor.
Será por eso que pensar a alguien se parece a salvarlo.

miércoles, 24 de junio de 2009

98 años de Sábato



"... en todo caso, había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío."

martes, 26 de mayo de 2009

25 de mayo


Sería ridículo decir que empecé a emocionarme cuando escuché “Salve Argentina”, tanto como decir que llevaba escarapela a conciencia y sentimiento. Tampoco entoné el himno con pasión, salvo por cierto entusiasmo nato que surge cuando llega el momento de “Coronados los laureles que supimos conseguir” y mi estirado y poco afinado “coronados de gloria VIVAAAMOS”. Mientras escuchaba las palabras alusivas pensaba en cuantos estarían al igual que yo pensando en otra cosa, si bien algunas palabras me resonaban, me preguntaba quienes estarían haciendo (mentalmente) la lista del supermercado, quienes pensaban en el almuerzo próximo, quienes trataban de buscar una solución mágica a un dinero que no se tiene, quienes sentían que estaban perdiendo su tiempo, o mejor dicho regalándolo, y quienes se animaban a soñar y planeaban algún viaje, o sin ir más lejos una hermosa tarde, y decidían hacer de este día algo especial, si en 1810 lo fue porque no iba de serlo también hoy. Resonó. Él dijo LIBERTAD y comenzó a definirla, y alentaba a su uso responsable y a su valor, y yo volvía a pensar ¿hay quienes hacen hoy en día abuso de la libertad? Y pensaba en los que me rodean y advertía algún que otro caso y pensaba en mí y cuan poco la utilizaba. He estado presa por años, purgo una condena por cometer el crimen más horrendo que un ser puede cometer, no sé ser feliz. No sé disfrutar, no sé vivir. Mi prisión es mi propio cuerpo, he intentado fugarme pero no he tenido éxito. Aplausos, había dejado de hablar. Por suerte siempre hay alguien que está atento para lanzar el primer aplauso y operar de alarma para el resto que divaga en cosas tan sustanciales como lo mío. Comenzaban las actuaciones, temía por el bodrio y el ridículo. Sí, soy una persona pesimista. Ingresaban las niñas con sus vestidos de dama antigua, y otra vez volvía a pensar en si esos vestidos eran tan extrañamente incómodos como se veían y recordé que alguna vez me había disfrazado de dama antigua y sentí pena, porque si bien la imagen de mí, con un vestido raro e incomodo se había activado, no venía con ella algún tipo de sentimiento o añoranza alguna. Sólo una imagen y nada. Pensé en Freud. Pensé en la represión, pensé en el monto de afecto, me pregunté si andaría suelto por ahí, empecé a delirar con el destino de todos mis afectos reprimidos y me asusté, me ví fría, ni siquiera puedo decir que me sentí fría. Aplausos. Había terminado la pesadilla de la dama antigua, la mazamorra, las velas, French y Beruti, y los parlamentos poco creíbles que esbozaban los niños con una falsa certeza de conocimiento de causa.
Llegaba el momento de los bailes, los atuendos me parecían dulces, bien digo cuando digo dulces, porque podía saborearlos, dejaban un rico sabor. Las muchachas con polleras y trenzas, los muchachos con bombachas y pañuelos. Clic! Libertad es una muchacha en pollera, que lindo es usar pollera, que grato el rozar de la tela en las piernas, que lindo sentir que los hombres aprecien el andar de una mujer en pollera, deberíamos usar más pollera. Bambula, raso, seda, gasa, ¡qué excitante!.
No sé si fue eso lo que me predispuso positivamente o tarde o temprano el sentimiento tendría que salir a la luz. Llegó el momento en que un joven bailará un malambo, fue sorprendente, estaba serio, creo que era para disimular los nervios, o era parte de su misteriosa presencia, se lucía, sentí alegría por su logro personal. Estaba frente a todos mostrando algo que sabía hacer y todos estaban sorprendidos. Era el centro de atención. Lo conozco, sabía lo importante que era para él. Lo admiré. Tuve la certeza de ir por el camino correcto cuando pienso que el amor no está tan lejos de la admiración. Aplausos. Aplaudí con ganas, sonreía, quería regalarle mis sonrisas, no sé si valen mucho, pero creo que al usarlas poco se han ido cotizando.
Una mujer que había visto sólo un par de veces se acercó, me abrazó y me dijo “Feliz día de La Patría”, la sentí feliz, supe que ella estaba libre.
Empezó a sonar un bolero “Cuando” y creo que ya tenía las defensas bajas, la emoción era eminente, no iba a llorar porque había demasiados factores que condicionaban mi esencia más pura, pero si podía dar rienda suelta a los tensores que a veces se apoderan de mi rostro. Qué bello danzar, que lindo ver las trenzas al viento, quería bailar, irrumpir en el medio de la pista, volver a tener 13 otra vez, elegir a un compañero y hacer algún galanteo con un pañuelo, quería dar vueltas, sonreír y encantar.
No iba a suceder, ya tengo dos veces 13, y ya casi no bailo. Pensé en vos. Pensé en que por vos usaría pollera, me haría un par de trenzas y te bailaría al compás de la música, lo haría solo a cambio de que te calces las botas, y me bailes un malambo.

Y comencé a tararear...“Cuandó, cuandó, cuando mi vida… cuando”.
M.J.L

lunes, 18 de mayo de 2009

Marío Benedetti


y aunque no siempre he entendido mis culpas y mis fracasos en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido y si beso la osadía y el misterio de tus labios no habrá dudas ni resabios te querré más todavía.


GRACIAS!

sábado, 2 de mayo de 2009

Nos vemos el día que te sea urgente amar

Imagen: The Reader

Sólo necesito un par de labios para besar...
y un cuerpo en cual descansar.

jueves, 26 de marzo de 2009

René descarte (sin "s" de sapo)

Hoy me siento como…

… la rana que se quedo en el frasco entre la manteca.

Es uno de esos (no sé como llamarlos) “cuentos” optimistas y esperanzadores que circulan por la vida y que se topan con uno cuando no se encuentra en las mejores situaciones.

La idea de esta historia es así: se trata de dos ranas que cayeron en un recipiente de crema (¿qué hacía un recipiente con crema cerca de un lugar donde dos ranas podían caerse? Y mirá que hay que ser rana para caerse en un recipiente con crema). La cuestión es que estas dos ranas peleaban por sus vidas, ya qué la crema se las hizo difícil (estaban en la Creamfields) hasta que una de ellas viendo como venía todo se cansó de patalear y de que todo siguiera igual y se rindió.

Se dejó hundir en el líquido blanco.

La otra que era Miss. Simpatía siguió terca y persistente en su labor glorioso y vivió pataleando hasta que en un momento la crema dejo de ser tal, para pasar a ser manteca, entonces pudo pegar un salto y salir del frasco. Y cómo se fue? “sólo le quedó ir croando alegremente de regreso a su casa”.


Moraleja: Seguí pataleando sin mirar a tu alrededor, que en algún momento la cosa se transforma y te olvidas de los que quedaron en el camino. No hay crema que se resista a la buena onda y a la persistencia. Al que patalea dios lo ayuda. Más vale manteca para saltar, que ranita enterrada. La conclusión nos lleva a decir algo así como: persevera y triunfarás!

Pero murió una rana en el camino!!! Loco entre la manteca está el cadáver de tu amiga la rana René!! Vos serás la súper rana perseverante pero la ranita menos valiente y resignada hoy es parte de Dánica para untar!

Porqué tenemos que quedarnos con la idea de la ranita feliz y triunfadora? No descanten a René!

Qué suerte que la crema no es una de mis debilidades, y qué tampoco me gusta la manteca.

Retomando la idea de “Hoy me siento como…” , hoy me siento como la ranita René descarte, esa ranita que está harta de luchar, patalear y hacer cuanta maniobra haya para que la cosa se transforme, y me cuesta creer que la crema se va hacer manteca, estoy cansada! Harta de las ranitas optimistas, que me dicen que todo va estar bien, que todo va a cambiar!
Para las ranitas el hecho de que la crema pasara a ser manteca les habrá tomado un par de minutos, tal vez horas... yo llevo años.

La vida a la luz de este razonamiento se ve como una crema acuosa y desabrida que parece estar decidida a no cambiar! y sé que quizá está vez me tocó ser la ranita que se ahoga, para que haya una historia en la cual hay otra ranita que le toca ser la que se salve y sea feliz.

Leyes de la vida. Cosan que pasan. El equilibrio del mundo. Karma. Pensamiento mágico. Lo que sea.

También sé que en algún momento me tocará estar del otro lado, pero hoy mi cuerpo yace entre la manteca y la vida es como un frasco para mi alma.


Mi temor a las ranas y sapos vendrá por esto? o tiene que ver con lo del principe? Ayúdame Dr. Freud!


M.J.L

lunes, 23 de marzo de 2009

Pasional


Quiero que me beses de modo que tus labios y los míos

sean el motor de nuestras calderas corazones.

Incendiados nuestros cuerpos

Quiero que ardan en el infierno de nuestras pasiones.


Quiero que me amarres en tus brazos,

me mires fijo mientras te desnudas

Quiero que me beses de modo que el aire nos falte,

la respiración se agite y caigamos rendidos

en nuestro lecho de amor.


Quiero que demos rienda suelta a esta expedición

recorras cada sendero,

explores lo que nunca antes nadie se ha animado.

Quiero que seas un turista curioso y ansioso

Que no deja de asombrarse,

por favor nunca dejes de asombrarte.


En cambio yo, quiero ser residente

que se refugia en cada recoveco de tu cuerpo

Y hace de el su más fiel morada.


Agotados ya sin palabras

Quiero un silencio interminable.

Volver al paraíso de tus labios

y saber que sólo nos queda

la sed del alma.

M.J.L

Pd: Decicado: a tu impaciencia dormida, al fuego de tu mirada, a tus sueños resignados, a tu ambiguedad constante, y a mí espera que desespera!

domingo, 15 de marzo de 2009

Cómico Stand Up 4



Sebastián Wainraich, Peto Menahem, Martín Rocco y Dan Breitman

Sala Pablo Picasso. Paseo La Plaza. Av. Corrientes 1660. Cap. Fed. Buenos Aires. Argentina.

Económicamente accesible.

Calificación: Muy buena

Divertida y entretenida obra de teatro. Humor de alto nivel a cargo de estos excelentes actores. 90 minutos en donde se experimenta todo tipo de risa, y te retorces en las cómodas butacas de la sala Picasso. Inevitable pasarla bien.

El comienzo los encuentra a los cuatro arriba del escenario con un agraciado vestuario, en donde con una aparente seriedad dan paso a un grupo evangélico y nos sorprenden cantando y nos regalan una melodía que se hace pegadiza “No sé, no sé”, es en ese momento en donde empieza a llamar la atención un joven que para mí hasta ese entonces es desconocido, el histriónico Dan Breitman quien será el anfitrión del show.

El primero en hacer su monologo será Martín Rocco, a quien básicamente todo le “Chupa un Huevo”, y quien en un humor creciente irá subiendo la apuesta en risas, pasando por sus 50 años, cadenas de mails, su hijo adolescente, su nueva mascota, y su esposa. Buen monologo.

Le sigue el primer sketch de la noche, una situación de bar y empezas a reparar en lo simple e interesante de la escenografía. En los diálogos vislumbras el sello personal de Sebastián y Peto que se lucen. Sale a la luz el humor Judio y te divertis tanto. A está altura cada vez que pisa el escenario Breitman estallas en carcajadas, con sus movimientos elocuentes y su tan valido y compartido temor por las comedias musicales, es adorable.

Segundo monologo a cargo del SEÑOR Peto Menahem. Si, con mayúsculas porque es desopilante, la calidad con la que cuentan sus relatos y su interpretación son geniales. Peto da cátedra con su monologo de filosofía a cerca de la verdad y la mentira. Excelente.

El turno de dar rienda suelta a la simpatía de Dan, porque derrocha simpatía, canta, baila y que bien lo hace, reís mucho.

Último monologo de la mano de Sebastián Wainraich y su personaje de ansioso que es tan bien logrado que te inquieta, imposible no identificarse. Es admirable como transforma lo simple en algo gracioso. Muy bueno.

Último sketch El Fogón y otra vez a cantar, llega el final y ya te duele todo de tanto reír y aplaudo la última canción: Y qué? “Si es cosa de todos los días”. Te vas contento por haber pasado un buen momento.

Lo mejor: El Monologo de Peto Menahem

Lo peor: No haber visto las tres versiones anteriores.

La Sorpresa: Dan Breitman

Una Perlita: En una parte del monologo de Peto te acordás de Daniel Rabinovich, “Les Luthiers”, en El Mail Leído.

Humor del bueno, más que recomendable.

Próximo destino: "Crucero Gauleguaychu" el unipersonal de Dan Breitman.

M.J.L

miércoles, 4 de marzo de 2009

BÁILAME EL AGUA


Báilame el agua.
Úntame de amor y otras fragancias de tú jardín secreto.
Riégame de especias que dejen mí vida impregnada de tu olor.
Sácame de quicio.
Llévame a pasear atada con una correa que apriete demasiado.
Hazme sufrir.
Aviva las ascuas.
Ponme a secar como un trapo mojado.
No desates las cuerdas hasta que sea tarde.
Sírveme un vaso de agua ardiente y bendita que me queme por dentro, que no sea tuya ni mía, que sea de todos.
Líbrame de mi estigma.
Llámame tonta.
Sacrifica tu aureola.
Perdóname.
Olvida todo lo que haya podido decir hasta ahora.
No me arrastres.
No me asustes.
Vete lejos.
Pero no sueltes mi mano.
Empecemos de nuevo.
Sangra mi labio con sanguijuelas de colores.
Fuma un cigarro para mí.
Traga el humo.
Arréglalo y que no vuelva a estropearse.
Échalo fuera.
Crúzate conmigo en una autopista a cien por hora.
Sueña retorcido.
Sueña feliz, que yo me encargaré de tus enemigos.
Dame la llave de tus oídos.
Toca mis ojos abiertos.
Nota la textura del calor.
Hasta reventar.
Sé yo mismo y no te arrepentirás.
¿Por cuánto te vendes? Regálame a tus ídolos.
Yo te enviaré a los míos.
Píllate los dedos.
Los lameré hasta que no sepan a miel.
Hasta que no dejen de ser miel.
Sal, niega todo y después vuelve.
Te invito a un café.
Caliente claro.
Y sin azucar. Sin aliento.

martes, 24 de febrero de 2009

Despertando sueños


Lo he estado pensando muy bien, no sé cuanta lluvia deberá caer para poder alejarte de mí. Me haces tanto bien.
No lo olvido, la lluvia no es lamento , es transformación. Me pone en marcha. Me despierto. Estoy soñando y no quiero olvidarlo.

La música de fondo me torna nostalgiosa, y sin querer queriendo añoro momentos que aún no han ocurrido, y pienso en bailar, y sé bailar, lo disfruto y me encanta! . Estamos bailando.
Me siento libre. El ritmo invade mi cuerpo y se escapa por mí piel. Sonrío mientras mí cabeza empieza a ladearse imitando a mis hombros y mis ojos te miran dulcemente.

Y quiero un abrazo de esos que son interminables, de esos que hacen que los cuerpos se sientan fuertes y seguros.

Los latidos de nuestros corazones se dan en simultáneo y como combustibles de nuestro ser aumentan el fuego y nos invade la pasión.

Dejamos de abrazarnos, doy una vuelta y vuelvo a tus brazos. La pista es nuestra!

Y llueve adentro y afuera, me dejo empapar de las cosas simples y dejo que con algún beso me sorprendas.

Y mientras sigo soñando por la ventana nos invade un viento mágico, que se lleva la soledad, me invita a volar sin despegar los pies del piso, y el tiempo se detiene. Sigo soñando y ya nada importa, este instante es eterno. No voy a despertar.

Y qué importa mañana? Hoy te tengo a mi lado.

No soy nada.
Nunca seré nada.
No puedo querer ser nada.
Aparte de esto, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Fernando Pessoa

domingo, 15 de febrero de 2009

Un día como hoy, hace 3 años



Buenos Aires era un infierno, me perdí alrededor del obelisco, te encontré cruzando una calle, sobraron las sonrisas, un primer abrazo, una larga caminata, una mochila de The Beatles, un piloto, una psicóloga, el subterráneo pegajoso. El glamour de un barrio desvirtuado por una interminable gaseosa. Una sesión de fotos con cambio de roles y acotaciones del publico en general. Vos y yo en particular. Un mini recital en vivo, Ticket To Ride, una despedida. Y así empezaba nuestra amistad, y así me regalabas el primer verano.
Te extrañé. Me aventuré y viajé. Un fin de semana distinto. Conocí a tu gente, me recibieron bien. Un hermoso bosque, un interminable atardecer. Beatles y más Beatles. Kencho, soy su fan. Lógica, ilógica. Volver, siempre volver. Y Así te regalé el primer otoño.
El tiempo nos volvería a dar un momento, quizá el más especial, el más controversial. Qué momento!. Un secreto. Una confesión. “Esto nos acerca más o nos va a alejar?”. “Definitivamente nos acerca más”. Gracias por creer en mí. Te sentí feliz. Momentos difíciles, cambios intensos. Un lazo fuerte, inquebrantable. Y así me relagaste tu más puro ser.

Una larga espera, la peor. Quería verte, reconocerte, y confirmarte mi amor. Otro verano, seguro el mejor. El mar, el viento y un concierto fueron el anfitrión. Qué alegría, cuanta emoción, los tenía cerca a los dos! Un abrazo eterno, que encierra historia, magia y valor.

Y fueron en total tres veranos, dos inviernos, dos otoños, unos prendedores, unos lentes, un álbum blanco, varias bandas Beatles, miles de sonrisas, miles de gestos, millones de abrazos.
Un choclo con forma de churro y gaseosa doble. Un desierto paradisíaco, un barco, un perro embalsamado que ella nos contó, un chico con múltiples caras que alguna vez nos acompañó. Las salchichas caseras, las frutas raras, tu ahijada peluda, tus cambios de look, mis colores, nuestros dolores, nuestras alegrías. Los amores, desamores, los amigos, las distancias, los recuerdos. Amor, mucho amor.
Mi amigo del alma.

No importa si estás en Hong Kong, África, Córdoba, o Tapalqué, no importa si estoy en Ganímedes, Groenlandia, Hill Valley, Galicia o Banco Río, vayas donde vayas, esté donde esté, te llevo conmigo.

Gracias.

sábado, 7 de febrero de 2009

Cuando siento como Castel, Sábato lo describe muy bien


Mi cabeza es un laberinto oscuro. A veces hay como relámpagos que iluminan algunos corredores. Nunca termino de saber por qué hago ciertas cosas.

Por ejemplo, me caracterizo por recordar preferentemente los hechos malos y, así, casi podría decir que 'todo tiempo pasado fue peor', sino fuera porque el presente me parece tan horrible como el pasado; recuerdo tantas calamidades, tantos rostros cínicos y crueles, tantas malas acciones que la memoria es para mí como la temerosa luz que alumbra un sórdido museo de la vergüenza.

A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, creemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil.

La vida aparece a la luz de este razonamiento como una larga pesadilla, de la que sin embargo uno puede liberarse con la muerte, que seria, así, una especie de despertar. Pero despertar a que? Esa irresolución de arrojarse a la nada absoluta y eterna me ha detenido en todos los proyectos de suicidio.


Y aunque no me hago muchas ilusiones acerca de la humanidad en general y de los lectores de esta página en particular, me anima la débil esperanza de que alguna persona llegue a entenderme. AUNQUE SEA UNA SOLA PERSONA.

"El Túnel" Ernesto Sábato.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Fragmentos de un dialogo ficticio sobre un sentimiento verídico



Qué te puedo decir de él? Es un instante de belleza muy cruel. Esta ahí cerca y no podes tocarlo. Trasciende todas las posibilidades de la palabra. Parece casi imposible. Y sabes? Eso me gusta. Pero me duele. El nombre de un hombre me delata. Me duele una ilusión en todo el cuerpo. Borges! Sí, empecé a delirar.
Eso me hace, me hace delirar, me hace ir más allá, me invita a filosofar, a pensar, me gusta. Realmente me gusta. Pero me cansa.
El amor siempre me cuesta, y no debería ser así. Me he repetido hasta el cansancio “no voy hacer reclamos de amor donde no lo hay”, pero es más fuerte que yo.
A veces creo que tal vez haya algo, y eso o no sé que me hace seguir. Pero tal vez no haya nada y solo sigo atada a una ilusión.
Pienso mucho en él, tal vez tenga mucho tiempo libre, pero cuando no lo tengo también me gusta pensar en él. No, no estoy enamorada. No, no estoy obsesionada. Es solo que pensar en él es un lugar seguro, me da seguridad. Cuando él me devuelve con algún gesto o palabra algo suyo, algo interno, algo de su esencia, es como si flotara. Me hace querer ser mejor, hace que vea a los otros sin sentirlos tan distintos a mí, hace que sea más tolerante, y aunque nos una el horror por este mundo, cuando pienso en él creo que el mundo no es tan malo, creo que las cosas pueden salir bien, creo que mi vida puede ser mejor, y qué todo puede tener sentido. Sabías? Me hace sonreír, creo que en este último tiempo ha sido como un ejercitador de sonrisas, me ha hecho ejercitar una y otra vez sonrisas, no muchas, sino las necesarias. Como para ir recuperando la luz del rostro. Si, esa luz que vos admirabas en mi, esa luz que hace tiempo había perdido. Hace que brille, me cuesta brillar, pasé mucho tiempo apagada.
No es conciente de todo esto, es más, saberlo lo asustaría. Y no es mi idea asustarlo, solo quiero que reaccione, solo quiero verlo revivir.

martes, 27 de enero de 2009

Recordarte es un hermoso lugar



"Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros".

Mario Benedetti.

martes, 6 de enero de 2009

Cuando esos que te tienen que querer, no te quieren.



Y quien me va a querer?
Cuando el silencio me abrume
Cuando me vuelva irracional
Y en un intento desmedido
Negocie mis sentimientos a
Cambio de tus ideales.
Y quien me va querer?
Cuando mi mirada se pierda en el pasado
Y mi cuerpo se congele.
Y quien me va a querer?
Así completa de pies a cabeza
A pesar de mis defectos
Y rescatando mis virtudes
Y quien me va querer?
En las noches de calor
En las tardes de otoño
En el frío amanecer.
Y quien me va a querer?
Cuando mis brazos se desplomen rendidos
mis ojos no tengan paz
Y me quedé inmóvil y vacía.
Y quien me va a querer?
Me recitará un poema
Me escribirá una canción
Y en un gesto me de alegría
me salve de ningun mal
Y Con sus besos seque mis lágrimas
con sus manos sane heridas
Y en un suspiro se lleve todo mi aire
Absorba, deguste poco a poco toda mi alma.
Y quien me va a querer?
Cuando esos que te tienen que querer, no te quieren.