miércoles, 17 de diciembre de 2008

Volver, siempre volver


Otra vez se acerca esa fecha en la que todos se ponen melaconlicos, filosóficos, altivos, pacíficos, brindan disculpas, reciben perdones, invitan al olvido, y se enfrentan al recuerdo de los que ya no están, y de los que nunca estuvieron.

Y vos? Vos nada.

No creo en Dios, pero creí. Navidad nunca fue para mí una celebración católica. Siempre la entendí como nostalgia. Anhelo del pasado, valoración del presente y esperanza de un futuro mejor. Siempre mejor, nunca el presente fue suficiente.
En cada brindis di rienda suelta a alguna ilusión, como quien arroja una botella con un mensaje al océano perdido.


Después de las doce cada minuto empieza a suicidarse uno tras otro. Los fuegos artificiales iluminan el cielo, se observa en las personas como brotan las emociones impacientes. Besos, abrazos, incontables saludos cariñosos y desmedidos. Todos marcando pactos de paz, garantías de tregua. Frase que retumba: “Hoy no, es navidad”.

Y vos? Vos nada.

Y llega la una y la noche recién empieza, y mientras todos celebran nacimiento, yo velo por cada instante muerto. Porque esta noche que explota en sentimientos me mantiene encerrada bajo estás cuatro paredes, con el corazón que se me sale del pecho y con una cabeza que maquina insistente. Y comienzo a sentirme como si estuviera al borde de un precipicio, sin nada que me ayude a no caer.

Y sé que esta noche pronto va volver, y me encontrará igual, pero hoy me encantaría soñar. Y elijo creer en Dios, y creo en mí, creo en vos, creo en nosotros dos.

Y no desesperaré en soledad, porque esa noche será mágica y el impulso de nuestras emociones nos llevará a encontrarnos en alguna calle desierta, y nos fundiremos en un inmenso abrazo, y me apoderaré de tus labios y en un suspiro te daré mi alma. Y con una sonrisa me llamaras cursi, y ya sin alma, plenamente tuya, comenzaré a sentirme como si cayera de un precipicio, del cual desearía fervientemente no terminar de caer jamás.

Y si, soy cursi. Y soñar no cuesta nada, a lo sumo un despertar.

Y otra vez llega navidad y te juro dan ganas de creer… dan ganas de creer!!.

3 comentarios:

Lola dijo...

La vida es una suceción de un día, y otro día y otro día.

El tiempo es un invento nuestro. Simplemente existimos. No vamos a cambiar de un día para otro, del mismo modo que una noche anochece siendo un año y al otro día amanece siendo otro.

Y esas treguas firmadas sobre el cielo de navidad suelen durar sólo una noche.

Más bien creo en los cambios graduales, pero certeros (perdón por caer como balde de agua fría a tu ilusión).

Anónimo dijo...

Precioso Ingenua. Creo que es lo más alucinante que te he leído. No tengas mucha prisa por despertar y cree, cree en ti y en aquellos a los que amas. Besos.

Anónimo dijo...

Che, soy un intelectual pero gané al ahorcado así que más feliz que entender al Ulises ja.

creoquemartinriva@hotmail.com

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